Posado sobre un nido de procesionaria, en un plantón joven de pino que se ha sido secado por este tipo de orugas, muy perniciosas para los árboles y tremendamente urticantes, parece emitir un grito de protesta. Este ave con su cabeza y "corbata" negras, unido al verde de ambos lados, lo hace inconfundible. A partir de mediados de mayo comienza la incubación. La puesta es abundante y el nido lo hacen bien protegido para calentarlo debidamente. Tiene un canto muy variado y puede llegar a ser confundido con otras aves, al ser capaz de imitarlas.
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