Te mueves por el bosque un día de lluvia, atento a lo que puedes observar y llamarte la atención. Al pasar cerca de una de las numerosas hayas de su interior algo te detiene. Parece obsequiarte con una sonrisa para compensar el agua que, poco a poco, te va calando, o quizás es el sarcasmo de pensar "como te vas a poner de agua chaval".
No hay comentarios:
Publicar un comentario