Es sorprendente la curiosidad de estos animales en zonas de montaña que no son muy frecuentadas. Posiblemente la escasa presencia humana en algunos lugares les vuelven más confiados o manifiestan una curiosidad que nos extraña. Sin movimientos bruscos te permiten acercarte con la cámara a distancias cortas. A través del visor ves cómo te mira, impasible, con ese ojo inquisitivo que calibra tus movimientos.
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