Algunas veces salen de su hábitat natural, el campo y la montaña. Algunos de ellos se acostumbran a las zonas urbanas de pueblos y ciudades para conseguir alimento de pequeñas aves, tórtolas y palomas, sin que les suponga un gran esfuerzo. Aceptan en este cambio la presencia humana con mayor facilidad de lo que, en principio, parece ir en contra de su modo de vida salvaje. El alimento es la base de su adaptación a su forma de vida urbana. El reportaje de video se ha hecho con cámara compacta, con zoom a 65x y 85X.
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