Se reproducen en otoño, entrando en el celo y apareándose en tierra durante la noche. Según la zona, desde diciembre hasta febrero las hembras pueden parir entre 30 y 40 larvas, siendo depositadas por la madre en pequeños charcos que suelen formar los manantiales. Desde su nacimiento las larvas ya poseen las cuatro patas desarrolladas y se mueven con soltura dentro del agua, pudiendo verlas evolucionar entre los meses de enero y febrero. Al ir creciendo, las manchas oscuras de las larvas se van haciendo cada vez más evidentes, apareciendo primero manchas blancas que, poco a poco, se volverán posteriormente amarillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario