Algunas especies de orquídeas no producen néctar y emiten un olor débil. Con estos inconvenientes, los insectos son estimulados por engaño, simulando una flor que tiene néctar. En otras ocasiones pueden presentar cavidades similares a nidos o refugios para el mal tiempo o para resguardarse del frío de la noche. Otras si emiten perfumes similares a las feromonas que producen las hembras de los insectos. En algunos casos el engaño es casi perfecto al unir la forma visual y aromática a las hembras del insecto.
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