En la Sierra de Arcena me encontré con este joven pico real, volantón, al cual tomé diversas fotos en acercamiento pausado, para evitar asustarle. Posiblemente, en sus primeros vuelos, fui el primer humano que había visto. Aguantó la sesión fotográfica bastante bien, al final, desconfiando, emitió el clásico grito agudo de su especie, un "carcajeo" alto y estridente, el cual me indicó que el acercamiento le estaba molestando. Punto final, las fotos a la mochila y hasta otra.
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