Nada más satisfactorio que montear a la "caza" de un corzo. No se trata de mantenerse a la espera (te puedes ir a casa de vacío), consiste en saber la zona donde se mueve y en ella intentar pillarle recorriendo el monte, cuestión nada fácil por su fino oído y olfato, pero juega a nuestro favor su curiosidad. Si te mueves intentando hacer el menor ruido posible él sabrá antes que tú que estas ahí y antes o después acabará saliendo a verte durante un breve espacio de tiempo, entonces es cuando obtendremos nuestro trofeo.
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