Te mueves por un robledal en el que han hecho talas, unas recientes y otras viejas. Siempre puedes encontrar algún motivo que te obligue a descolgar la cámara. En este caso, ese bocado que parece amenazarte cuando te acercas a realizar la toma. Leí en cierta ocasión una cita que suelo emplear en mis paseos de campo "Solo hay que saber mirar, es el camino y no el destino lo que importa".
No hay comentarios:
Publicar un comentario