Conocido vulgarmente como "pedo de lobo", se muestra en este caso entre la hojarasca de un bosque de hayas. Su forma y las "perlas" que le adornan nos facilitan su identificación. En su apogeo, cuando al corte se muestra compacto y blanco, nos indica que podemos consumirlo. Una de las recetas para su condimento es meterlos en la sartén con un poco de mantequilla.
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