Apostado en una peña inaccesible, junto a unas buenas matas de té de roca, conseguí la instantánea a unos 60 mts. de distancia. Son listos como el hambre y no es fácil acercarse, no admiten presencia humana próxima. Su hábitat son roquedos, con varios nidos que van alternando. Son fieles a su pareja de por vida y su territorio forma parte de su existencia, con una longevidad estimada en 20 años.
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