Contemplar la voraz forma de comer de los buitres leonados es todo un espectáculo. Suelen tardar en decidirse, pero cuando lo hacen bajan rápidos y tragan la comida peleándose entre ellos si alguno pretende pasarse de listo. En esta ocasión, en la Sierra de Arcena, devoraron la pitanza en un abrir y cerrar de ojos.
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