Vaya nombre que la han colocado a esta singular mariposa. Con sus antenas emplumadas y su color críptico es un verdadero reto fotográfico. Muy desconfiada, enseguida huye si realizas movimientos bruscos. Con paciencia y aproximación lenta , como en este caso, se pueden obtener primeros planos. Suele refugiarse entre las plantas para evadir a los intrusos, con lo cual dificulta bastante a menudo la toma de fotos. Ahí la tenemos , en nuestro Montes Obarenes.
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