Conocida también como "estrella de los pastos", esta flor es un endemismo de la península ibérica, encontrándose también en el suroeste francés. Florecen a finales del estío, siendo las primeras que anuncian el otoño. Muy abundantes en pastizales de montaña, encontrándose también en prados de zonas bajas. Son características de zonas donde se mueve el ganado, defendiéndose de su posible consumo al ser venenosas, contiene alcaloides, sobre todo en las hojas. La parte menos tóxica es el bulbo y ello lo saben bien los topillos. Su floración se adapta a la zona según la influencia del clima, en alturas de montaña florecen más pronto, condicionadas por el temprano enfriamiento del suelo.
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